Teresa de Jesús

"Los desgarros de la vida, los remendaba Teresa,

con la aguja de la fe y el dedal de la paciencia."

Eduardo Marquina

sábado, 21 de noviembre de 2009

Adiós, Camagüey de ayer

Adiós, Camagüey de ayer
Poesía de Medardo Lafuente)

Adiós, Camagüey de ayer,
Tierra de dulce leyenda,
Tierra en que puse la ofrenda
De la flor de mi querer;
Tierra de gentes amigas,
De costumbres patriarcales,
De edificios señoriales
Y de églogas y cantigas.

Adiós los grandes aleros,
Adiós, ventana severa
De balaustres de madera
Que inspirara a los troveros.
Ventanas de ayer, ventanas
testigos de los amores
Que en otros tiempos mejores
Tuvieron las hoy ancianas.

Ciudad que en el alma llevo,
Puerto Príncipe de antaño,
Que retrocede hogaño
Ante un Camagüey más nuevo.
Sepulta pronto en olvido
Los típicos tinajones,
Los guardapolvos llorones
Y el callejón retorcido.

Modernízate en buena hora,
Caigan las cosas pasadas,
¡sobre sus ruinas sagradas
Hay un poeta que llora!
Que mientras corre el progreso
El céfiro a cada palma
Arranca un pedazo de alma
Que es para el ayer un beso.

Camagüey se van tus rejas,
Se van tus costumbres santas,
Ya se fueron las volantas,
Camagüey, ¡cómo te alejas!
Ya los tuyos son más fríos,
Y en tus modernas mansiones
no abren los tinajones
y emigran a los bohíos.

Ya las cosas aquellas
Que cuentan viejos ufanos,
sólo en los tiempos que andamos
¡quedan tus mujeres bellas!

Curiosidades cubanas

algunas curiosidades cubanas

Para la gente que le gustan estas cosas y quieran saber el origen de todo

El origen del fufú de plátano: ¿Ha comido usted alguna vez el fufu de platano?

Según Don Fernando Ortiz, el gran investigador del folclore cubano, durante la dominación inglesa en Cuba, después de la toma de La Habana, entraron muchos esclavos llevados por los ingleses. La comida que normalmente se daba a los esclavos era plátano hervido y machacado y se cree que esta forma de comerlo venía de Ghana y Sierra Leona. Los negreros ingleses acostumbraban a decir "food,food,food" (comida, comida,comida!), cuando repartían las raciones a los esclavos; de ahí que éstos comenzaran a darle el nombre de "fu-fu".
Este plato se conoce en el Caribe y, en algunos lugares del oriente cubano, como machuquillo, matajibaro, mofongo en Puerto Rico ; y mangu en República Dominicana.


Los "Fotingos"

Los cubanos del siglo pasado solían llamar a los automóviles "fotingos", pero es interesante saber el por qué, ya que la palabra no existe en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
En 1908, la Ford Motor Company de los Estados Unidos sacó su famoso Ford Modelo "T". Desde el punto de vista técnico el Ford Modelo "T" incorporó la modalidad del sistema de tres pedales: embrague, freno y acelerador.
La publicidad de la Ford describía la novedad como el sistema de "foot it and go", es decir, pisar y arrancar.
Los primeros automóviles arribaron a Cuba en 1899 y eran de fabricación francesa, pero cuando el modelo Ford llegó al país se hizo popular y los criollos comenzaron a usar la palabra "fotingo" (cubanizando la frase "foot it and go") para designar al modelo "T" de la Ford.Tambien le llamaban "tres patas" (embrague, freno y acelerador).



¿Por que los cubanos les llaman a los campesinos "guajiros"?

Durante la guerra de independencia de 1895 en Cuba el campesinado cubano se unió a las tropas libertadoras que comandaba el Generalísimo Máximo Gómez, nacido en la bella isla de Quisqueya y por el Apóstol de la libertad de Cuba, Jose Martí y Pérez.
La guerra del 95, como la llaman los cubanos a la guerra de la independencia, ya casi estaba ganada por los mambises (palabra despectiva de los españoles hacia las tropas cubanas).
Cuando las tropas norteamericanas desembarcaron en Cuba, le llamaban a los combatientes cubanos War Heroes (héroes de guerra), para el oído de los campesinos y otros cubanos al comando de la tropas sonaba Guajiro. Y por esta razón que el único campesino en toda nuestra América es referido cómo "guajiro".


El gallo de Morón

Entre los cubanos es popular la frase:" se quedó como el Gallo de Morón, sin plumas y cacareando". Muchos piensan que se trata de un famoso gallo originario en Morón, Provincia de Camagüey , Cuba . Pues bien, la historia es que el Gallo de Morón ni era un gallo, ni era de Morón, ni tuvo que ver con Cuba .
Se trata de una leyenda del siglo XVI, cuando el recaudador de impuestos de Granada se presentó en Moron de la Frontera (Sevilla) a ejercer su oficio. Como el sujeto tenía aspecto de matón y forma de actuar muy grosera se le bautizo como el Gallo de Moron.
Los moronenses se hartaron de los desplantes de aquel gallo y un buen día le atizaron una tunda de palos tan contundente, que éste tuvo que marcharse de Morón sin atreverse a volver por más impuestos. De ese episodio surgió una copla popular que
decía: "Anda que te vas quedando / como el Gallo de Moron / sin plumas y cacareando / en la mejor ocasion".


El origen de los "guatacas"


La azada es un apero de labranza que se utiliza en los campos de Cuba para desbrozar los cultivos, es decir, eliminar las malas yerbas y para despejar las guardarrayas en los campos de caña. Los cubanos la llaman guataca.
También llamamos guataca a esos seres abyectos que se dedican a adular a los poderosos, sobre todo a los gobernantes. El origen de esta palabra se remonta a los tiempos del presidente Machado. Con Machado los aduladores se "pasaron de rosca", como se dice en cubano,en otras palabras estaban en abundancia. Le llamaban el egregio y le construían arcos triunfales a su paso..
El genial caricaturista Ricardo de la Torriente, del semanario satírico "La Política Cómica", comenzó a publicar unas caricaturas en las que aparecia machado rodeado de un grupo de aduladores que provistos de azadas o guatacas, precedian al general limpiando la senda que este debia pisar.
El pueblo empezó a llamar a estos aduladores "guatacas" y el mote pegó. Había nacido la palabra guataca y el verbo guataquear.. Desde entonces a todo aquel que adula, "hala la leva" o "hace la pelotilla", se le llamó en Cuba guataca.


La hora de los mameyes

En el léxico cubano hay una frase que muchos usamos sin conocer su significado: "la hora de los mameyes" .
Esta frase, según me cuentan, se originó hace más de doscientos años durante la toma de La Habana por los ingleses. Durante ese episodio los habaneros, con esa costumbre tan cubana de ridiculizar a los que no podemos vencer, dieron en llamar "Mameyes a los soldados ingleses por el color del uniforme que vestían:
chaqueta roja-mamey y pantalón negro. Por aquella época La Habana estaba rodeada por un muralla que la protegía de corsarios y piratas. Cada noche a las nueve se disparaba un cañonazo desde la fortaleza del Morro, para avisar a los habaneros que las puertas de la muralla se cerrarían durante la noche. Y como a esa hora los odiosos "mameyes" se hacían más visibles patrullando las calles, los habaneros bautizaron a las nueve de la noche como "la hora de los mameyes" .


FIN









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lunes, 2 de noviembre de 2009

La barriada del Cristo

La barriada del Cristo

Con mucho orgullo titulo este artículo de la manera que lo he hecho, ya que allí nací y en ningún momento me he sentido desprendida ni ajena a mi barrio. Trato de dar a los que quieran leerme información sobre sus orígenes y su desarrollo, me da mucho gusto hacerlo.

Comienzo por uno de los extremos de la calle del Cristo, el que está al lado del cementerio; para mí es el final de la calle, para otros quizás es el principio… En el año de 1795, no existía la iglesia y en su lugar había una ermita llamada del Santo Cristo del Buen Viaje, los alrededores estaban despoblados y había un pequeño cementerio anexo a la ermita. Pues bien, el 12 de septiembre de ese año, el presbítero Juan Nepomuceno Arango que era párroco de la Iglesia Parroquial Mayor (hoy la Catedral) bendijo la pila bautismal y el coadjutor Don Antonio Aguilar Porro bendijo el cementerio. Años después, cuando se prohibieron los enterramientos en las iglesias, este pequeño cementerio se convirtió en el cementerio general de Puerto Príncipe. A partir de esa fecha, se designó a la ermita como ayuda de la Parroquial Mayor y se fijaron sus límites.

Volvamos a la Plaza. En días de fiesta se llenaba de cantinas y tableros donde se vendían empanadillas de maíz y de harina, rosquitas de catibía, pan de gloria, dulce de yemas dobles, ponche de leche y también muchas frutas. En el centro de la plaza existía una glorieta, muy parecida a la que hoy vemos en el Casino Campestre, aunque de dimensiones más pequeña. Aún creo recordarla pintada de amarillo y adonde no me permitía mi madre subir por lo sucia y descuidada que se encontraba. Pasaron muchos años y aquella plaza se convirtió en un mercado público a donde acudían nuestros guajiros a vender los productos de su tierra y sus animales de cría, dejando por consecuencia una gran suciedad. Con ayuda del Ayuntamiento este mercado se prohibió y un comité formado al respecto logró que se demoliera la glorieta y se reparara el parque.

Después de la restauración y a petición de algunos concejales, como homenaje a uno de sus miembros ya fallecido, oficialmente se le dió el nombre del padre Pablo Gonfaus y Palomares quien fue por muchos años párroco de la Iglesia del Cristo. Sacerdote muy popular y muy querido por su feligresía, que nunca pudo olvidarlo. No recuerdo el año con exactitud, pero creo que fue en 1947 cuando se erigió un pequeño monumento a su memoria en el extremo más cercano a la iglesia y que cuenta con un busto en el que está muy bien representado.

En la calle del Cristo y precisamente en la primera cuadra que nace frente a la Catedral, nacieron dos insignes camagüeyanos: Carlos J. Finlay, médico e investigador, quien demostró experimentalmente que la transmisión del microbio de la fiebre amarilla se producía a través de la picadura del mosquito “aedes aegypti”. Y la poetisa Aurelia Castillo de González. Sin olvidar a la gran patriota Rosa Castellanos, más conocida por Rosa la Bayamesa, que aunque no nació en esta calle sí pertenecía a este barrio ya que hasta su muerte vivió en la calle de San Isidro que ahora lleva su nombre.

Podría hablar más de mi barrio, pero se haría demasiado largo y no terminarían de leerlo, sólo quiero recalcar que la calle del Cristo es prácticamente una línea recta que naciendo frente a la puerta de la Iglesia Catedral va hasta la misma puerta de la iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje. Voy a concluir con un comentario de nuestro poeta nacional Nicolás Guillén, a quien también consideramos miembro del barrio: “Llegaba yo a la plaza del Cristo y allí me juntaba con jóvenes de mi época para escuchar la retreta de los domingos y cuando no la había para conversar con amigos viejos, negros todos de generoso corazón y despierta inteligencia.”